Lunes, 27 de marzo de 2017

 

DOCTRINA SOCIAL CATÓLICA: Llamado a la familia, la comunidad y la participación  

Como católicos, vamos juntos a Dios. Todos estamos juntos en esto—y la comunidad que hemos construido se extiende más allá del tiempo y el espacio. La familia de Dios se extiende más allá del tiempo y el espacio, y estamos llamados como individuos a participar en esa familia, tanto en la realidad diaria en la que nos encontramos así como en esa realidad eterna a la que Dios nos llama. Nuestra participación es importante, ya sea que estamos comprando un emparedado para un hombre sin hogar, pasando tiempo con nuestros padres o apoyando sistemas sociales justos y equitativos.

Es por eso que los santos son tan importantes: las mujeres y los hombres que nos han precedido, que brillan la luz para que podamos ver, que se relacionan con nosotros en su humanidad y nos llaman más allá de nosotros mismos en sus ejemplos de santidad. Algunos de estos hombres y mujeres caminaron con Cristo mismo; otros vivieron años más tarde; otros más conocemos de nuestras propias vidas. Esto es lo que significa estar en comunidad—ser parte de la comunidad de Dios: que miramos unos a otros en busca de apoyo, oración, inspiración y motivación a lo largo de la jornada, porque todos somos simplemente peregrinos en el camino.

Y es por eso que vamos por el mundo; por eso construimos el reino de Dios en la tierra. Nunca debemos cansarnos de escuchar las palabras de la Santa Madre Teresa: “Si no tenemos paz, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos unos a otros.”  Estamos llamados a ser santos hoy; estamos llamados a la santidad. Y todos estamos llamados a ir a Dios juntos.  Así que, como miembros de una comunidad que se extiende más allá de nosotros mismos, vamos a nuestros hermanos y hermanas para ser para ellos lo que Cristo y los santos son para nosotros.