Martes, 14 de marzo de 2017

 

CUARTA ESTACIÓN: Jesús se encuentra con su madre

“Simeón los bendijo y le dijo a María …‘A ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.’” (Lucas 2,34–35)

¿Qué es lo que habrá estado pensando María, de pie en medio del sufrimiento, cuando miraba a su hijo? ¿Qué dolor debe haber tenido en su corazón? ¿Qué duda? Sin embargo, sabemos que ella siguió a Cristo hasta el final y más allá, estando presente para sus amigos, reconfortándoles en su miedo, animándoles mientras crecía la joven Iglesia. El deseo de María de amar y servir a Dios superó el sufrimiento con el que se encontró.

Es muy apropiado, entonces, considerar la vida de Evelina, una madre en Zambia preocupada por el bienestar de su hijo. Al reflexionar sobre su propia infancia, se dio cuenta que la comida que ella consumió mientras crecía no le proporcionó el tipo de nutrición que ella deseaba para su hijo. Por lo tanto, aprendió qué alimentos necesitaba comprar y cómo prepararlos—y ahora su hijo está creciendo fuerte y sano.

¿Cómo respondemos a las necesidades de los demás, ya sea en nuestra familia inmediata o en nuestra familia global? Veamos a María y el ejemplo que ella nos da al ver a Cristo cargando la cruz.