Lunes, 3 de abril de 2017

 

DOCTRINA SOCIAL CATOLICA: Cuidado de la creación de Dios

“Existe una cierta reciprocidad: mientras cuidamos de la creación, vemos que Dios, a través de ella, cuida de nosotros.”

—Papa Emérito Benedicto XVI, Día Mundial de la Paz, 1o de enero 2010

Mientras caminamos a través de nuestros días—pasando por los árboles, a lo largo de arroyos, en el calor del sol o el frío de la brisa de la primavera— ¿sentimos a Dios entre nosotros? ¿Reconocemos que el simple hecho de estar presente en la creación significa que estamos en la presencia de la Divinidad? ¿Qué desea Dios decirnos a través de esas suaves brisas, los cantos de los pájaros, la lluvia, la nieve y las nubes? ¿Qué nos dicen la firmeza o lo resbaladizo o el desnivel del suelo debajo de nosotros de nuestro Dios?

Es tan fácil olvidar que Dios existe en el mundo creado alrededor de nosotros, que Dios hizo a propósito cada pedazo de la creación, desde los granos de arena hasta los planetas lejanos que a simple vista no podemos ver—y cada cosa era y es buena. En nuestras ocupaciones, nos apresuramos con la vista puesta sólo en lo que es útil para nosotros. Pasamos nuestros días tratando de aprovechar los poderes de los recursos del planeta. Confundimos lo que significa ser corresponsables de la creación.

Dios fue muy claro: no somos los maestros de obras. La creación no es juzgada por su utilidad para la humanidad. La creación es juzgada— ¡y juzgada favorablemente! —únicamente por el mero hecho de que Dios la hizo. Como corresponsables, estamos llamados a caminar humildemente, con cuidado y reverencia con el mundo creado. Y estamos llamados a reconocer que nuestro propio futuro esta intrínsecamente entrelazado con el ascenso y la caída de lo que Dios hizo.

Así que no sólo se detengan a oler las rosas. Deténganse y escuchen a la creación. Dios está hablando a través de ella.