Jueves, 6 de abril de 2017

 

UNDÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es clavado en la cruz

“Jesús le respondió, ‘En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.’” (Lucas 23,43)

Todos hemos estado allí—atrapados en una situación aparentemente imposible, abrumados, tal vez, por cargas financieras, obligaciones familiares o por las opiniones de los demás. Todos hemos sido clavados en la cruz. Y muchas veces sentimos haber llegado al final del camino; no podemos movernos, no podemos encontrar una salida a esta sombría situación. Nos han dejado solos a la deriva.

Esta es parte de toda experiencia humana, independientemente de nuestra riqueza, nacionalidad o experiencias anteriores. Jesús lo sabe, y nunca se da por vencido con nosotros. Incluso el ladrón con el que fue crucificado recibió la oportunidad de ser mejor.

Y si Jesús nos ofrece estas oportunidades por segunda, tercera o centésima vez, ¿entonces qué es lo que debemos ofrecer a nuestro prójimo?

En oración, teniendo en cuenta las historias que hemos escuchado de muchos de nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, preguntémonos: ¿Qué podemos hacer para ayudar a otros a bajar de sus cruces del hambre, de la falta de vivienda o de la enfermedad?