Una Historia de Esperanza de UGANDA

Opción por los pobres

La doctrina social católica nos guía en nuestras vidas y trabajos. En este principio, Opción por los pobres, Jesús nos dice que debemos cuidar de aquellos que más lo necesitan en el mundo. Él nos recuerda nuestro deber cristiano de dar voz a los que no son escuchados y ayudar a los que son más vulnerables.

“He visto a mis hijos felices porque están bien alimentados”. –Adolf Omara

Adolf y su esposa, Florence, son agricultores en Akwangagwel, Uganda. La pareja se esfuerza por combatir el hambre para que su familia y otras personas en su comunidad puedan construir vidas prósperas. Ellos cultivan la tierra, lo que permite que su familia pueda tener tres comidas nutritivas al día; y ayudan a otros en su comunidad a mejorar sus cultivos.  

Cada miembro de su familia tiene responsabilidades en el hogar, como cuidar del huerto, limpiar, preparar la comida o cuidar a los animales. Por las tardes, a los esposos les gusta pasar tiempo en familia y Adolf agradece tener tiempo libre para sentarse y relajarse con sus hijos.  

En la región donde viven, el clima es muy seco. Últimamente, la época de lluvias ha llegado más tarde de lo normal. Y a veces, es tanta la lluvia que cae que provoca inundaciones.   

“Llueve mucho y esto destruye cosas, por lo que, lo bueno de la lluvia, se pierde”, cuenta Adolf.  

Además, hay personas que pasan por su comunidad y les roban la comida o las herramientas. Es difícil cultivar así, y eso hace que sea más difícil conseguir comida.  

Para superar estos obstáculos, Adolf y Florence se unieron a un programa de Catholic Relief Services donde aprendieron nuevos métodos que les ayudan a cultivar mejor; incluso cuando hace calor y la tierra está seca. Ellos comenzaron a plantar un tipo de semillas que crece rápidamente. Haciendo esto, cosechan verduras aunque no llueva mucho y pueden tener alimentos suficientes para comer y vender en el mercado para obtener ingresos extras.  

Adolf está alegre: “He visto a mis hijos felices porque están bien alimentados”, comenta.  

Él y Florence han logrado construir una vida digna y plena por lo que comparten lo que aprendieron con sus vecinos. Como líder de su comunidad, Adolf trabaja con los demás para ayudarles a aumentar sus cosechas, mejorar la tierra y construir una comunidad segura y próspera.  

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