Sri Lanka continúa recuperándose de una guerra que duró décadas y de los devastadores efectos de los desastres naturales recurrentes, incluyendo el tsunami en el 2004. El trabajo de Catholic Relief Services en el país, se ha centrado en la reconstrucción después de los desastres naturales y en ayudar a los desplazados por la guerra. El conflicto dejó a miles de personas sin comida, ni hogar o forma de reconstruir sus vidas. CRS y sus socios apoyan a los repatriados mediante la capacitación y apoyo en la agricultura, habilidades para el empleo, la reducción de la violencia sexual y de género y la obtención de documentos de indentidad.

Sajith Silva

Décadas de guerra civil forzaron a muchos a huir de Sri Lanka. Cuando la guerra terminó en el 2009, la gente regresó a sus pueblos y ciudades, sin saber lo que encontrarían. Aunque volver a casa debería ser una razón para alegrarse, para muchos significó comenzar desde cero—en donde solían vivir, no había más que ruinas; en donde solían cultivar, encontraron minas terrestres.

El deseo de Sajith Silva de brindar esperanza a las personas vulnerables lo condujo a trabajar para Catholic Relief Services (CRS) hace dos años. Sajith es el Coordinador del Proyecto de Dispositivos de Ayuda, el cual ofrece servicios a personas discapacitadas a causa de la guerra civil – y le encanta interactuar con las personas y compartir sus historias. Vive en Kelaniya, una ciudad aproximadamente a 10 kilómetros (6 millas) de Colombo, la capital de Sri Lanka, con su esposa, dos hijos y sus suegros.

Sajith no se puede imaginar a sus hijos sin un lugar al cual puedan llamar hogar, o sin tener cerca a su familia. Él cree que es fundamental ayudar a los refugiados y, si ellos lo desean, ayudarlos también a regresar a su país de origen y reconstruir sus propios hogares. “Nosotros, como seguidores de Cristo, tenemos la responsabilidad y el compromiso de ayudar y empatizar con los refugiados cuando más lo necesitan”, dice. “Solamente al hacerlo, podemos sanar este mundo”.

Como coordinador de programa, Sajith es testigo de cómo el trabajo de CRS transforma actitudes y vidas a través de personas como Christyan, un agricultor que, después de vivir en la India durante 16 años, regresó a Sri Lanka sólo para encontrar su casa en ruinas. Sin embargo, con el apoyo de CRS, Christyan adquirió conocimiento técnico agrícola, y ahora cultiva calabazas y maní, aportando suficiente para su familia. “Puedo educar a mis tres hijos y ayudarlos a alcanzar las metas que ellos deseen”, comenta. “CRS me ayudó a reconstruir mi hogar, un hogar feliz”. Ver a las familias comenzar una nueva vida es lo que motiva a Sajith a continuar el trabajo de CRS y a abogar por los refugiados de Sri Lanka.

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