Sábado, 18 de marzo de 2017

 

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DE LA SEMANA PASADA

¿Cuán a menudo, como Pedro, tratamos de aferrarnos a un momento especial o un sentimiento de alegría? ¡Algo tan espectacular ha ocurrido que simplemente no queremos que termine! Es la naturaleza humana querer vivir en estos momentos; después de todo, Dios nos lo da como un regalo. Pero Jesús nos anima: “Levántate, y no tengas miedo”. Tales momentos impresionantes vendrán de nuevo, pero debemos descender de estos picos montañosos al valle de la vida. Tenemos que trabajar para llevar a cabo la visión de Dios en nuestro día a día—tenemos una responsabilidad para con Dios, nosotros y nuestro prójimo para hacerlo.

Pero ¿qué aspecto tiene esta visión? A veces, como Abram, somos llamados simplemente a confiar, a ir adelante sabiendo que Dios va con nosotros. Pero a medida que avanzamos, buscamos a nuestro prójimo, a los que nos encontramos en el camino. Nos preguntamos cómo podemos levantarlos para que podamos ir todos juntos, a esa tierra que Dios nos promete, al Cristo transfigurado, que nos llama adelante.